Como si del Ying y el Yang se tratara, es curioso como la naturaleza nos ofrece en cada situación un elemento complementario que compensa el efecto inicial. De esta forma encontramos en otoño, tiempo en que el frío hace acto de presencia, la naturaleza nos regala elementos que nos compensan y reconfortan los sentidos. Alguno de los ejemplos que se me ocurren son los colores cálidos de las flores y hojas de otoño, donde abundan los amarillos, naranjas, marrones y rojos. Otro ejemplo sería, a nivel culinario, la aparición de las castañas, moniatos y calabazas.
Aquí os dejo ejemplos de las flores que podréis encontrar en esta época para alegrar vuestro jardín, terraza o balcón, cada uno de ellos con un enlace a como cuidar estas flores.
Gardenia: de gran fragancia. Se recomienda le de la luz tamizada por algún árbol (no directa)
Crisantemo: fragancia más suave, solo perceptible si se plantan varias planta juntas en forma de macizo. Requiere sol, luminosidad con suelos permeables y sin charcos.
Dafne: de fragancia muy agradable, se adaptan mejor a la mitad norte de la península. Pero cuidadín con los niños y los animalitos que tengáis por casa, ya que hojas, tallos y flores son venenosos.
Amarilis: La Amaryllls bella-donna también nos proporciona una agradable fragancia una vez se despliegan sus flores en forma de campana. Mejor ubicación con sol de mediodía y protegida de heladas.
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