En los cortos días de invierno, más aún de vuelta de estas semi-vacaciones, no es difícil levantarse con una cierta niebla mental, una niebla densa que nos complica la visión a larga distancia. Hoy el día se ha levantado exactamente igual, con esa niebla espesa que te enfría todo aquello que no se encuentre a resguardo (orejas, nariz, manos, … bueno y en mi caso digamos que la cabeza entera).
Por suerte luego ha remontado el día, el sol se ha dignado a salir y yo con él. Trayecto a Barcelona con alguna visita interesante. Bueno, y un marco/póster que me ha impactado y que espero poder mostrar de aquí a no muchos días.