Esta mañana, después de tomar el café con una amiga, he aprovechado para dar un corto paseo alrededor del Monasterio de Sant Cugat del Vallès. Hacía fresco pero el sol, que iluminaba todo, alegraba la vista y el espíritu.
Por la tarde más reuniones en la empresa (creo que nos deben de haber cogido cariño para citarnos casi a diario), aunque reconozco que las charlas son provechosas.
A última hora jugando con mi hija, la cual pobre lleva ya cinco días enferma, a cenar, colgar este Blip y a la cama, que cogeré con especial gusto.